Disertación sobre 2016
Este año que finaliza me deja con un sabor amargo, puesto que se antojaba que iba a ser un año glorioso pero acabó siendo una absoluta porquería. Son destacables en este 2016 que finaliza dos hechos: mi grado como Ingeniero de Sistemas de la Javeriana y mi mencionado de honor por el trabajo de grado de la misma carrera. Prometía seguir en la misma línea el año. Inclusive tuve un semestre destacado en lo académico.
Prometía ser un año glorioso en todo aspecto. Nada más lejos de la realidad. Resultó ser como esta montaña rusa: con altas y bajas.
Prometía ser un año glorioso en todo aspecto. Nada más lejos de la realidad. Resultó ser como esta montaña rusa: con altas y bajas.
Luego de pasar ambas glorias los días siguientes fueron anodinos. Hasta que llegó un punto de quiebre, el eterno problema con un familiar que parece no tener solución, cuyo culmen fue el día que llegamos a las manos. Es lo que tiene llevar banalidades al extremo de ser cosas importantes. Y con esa misma persona, este mes, ha querido barrer el suelo conmigo como se le ha dado la gana. No ha habido cuatro días seguidos que no haya querido hacerlo y estoy hasta las pelotas de semejantes improperios vertidos sobre mi persona cada que se le antoja.
Este año que finaliza también me ha dado lugar a darme cuenta sobre gentes que valen la pena en mi vida y gentes que simplemente no lo valen. Sirva de pista la entrada "Vergüenzas" publicada meses atrás (mil disculpas por no actualizar con tanta frecuencia). El día de mi cumpleaños también sirvió para darme cuenta quiénes de verdad se acuerdan de uno después de un tiempo de no contactarnos. Así se demostró la calidad de personas que fueron. Los que no lo hicieron, aún teniendo cierta relación conmigo, también se demostró la calidad de personas que fueron.
Se podría decir que 2016 fue un año donde siento que entre todas las circunstancias que me rodearon (negativas), pude salir avante en casi todas y doy gracias a la vida por permitírmelo. He tenido la sensación de que el mundo se derrumba alrededor mío pero mi cabeza siempre ha estado arriba. El año que viene el mundo vivirá la consecuencia de las distintas estupideces cometidas durante este año. Ley del intercambio equivalente le llaman algunos, karma otros, y así sucesivamente. Pero se ha de tener en cuenta siempre que todo acto tiene consecuencias.
Para 2017 lo que espero es estar cerca de los míos, en toda circunstancia, poder tener estabilidad en todo aspecto y olvidarme de una vez por todas de aquella dama de discordia (que dirían Celadias y este chaval de nombre celta de cuya escritura no me acuerdo; y por ahora lo tengo muy, muy complicado).
Podría hablar hasta de deporte en este post, pero mejor dejarlo para otra oportunidad, aunque muchos de los sucesos deportivos podrían resumirse en un post que puse cuando la Vuelta a España sobre la hipocresía del aficionado español.
Sin más que comentar por ahora, os doy un caluroso saludo de año nuevo y que ojalá 2017 sea un año pleno de bendiciones para todos aquellos que os rodeen.
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