2023, cuando el agradecer estar vivo no basta

Hola.

Este es un memorial de agravios en contra de este año que se acaba, un año que desde el comienzo se había esforzado en decirme que la iba a pasar mal desde el principio hasta el final. Nadie en su sano juicio hubiese pensado que tras el maravilloso viaje que tuve a finales del año pasado, y todas las bendiciones que tuve el pasado, gracias a cambiar de ambiente, estuviera en este con ganas de querer hacer tábula rasa con lo sucedido.

Lo que digo en esta primera frase, "desde el comienzo", es literal. Primeros segundos del año, tengo que lidiar con un hijo de puta que se supone parte de mi familia. Puedo aguantarme ciertas chanzas de parte de cercanos, pero no puedo pasar que una persona que viene de prestado venga a hacérmelas. ¿Qué más le da mi situación sentimental? Encima el imbécil de mi padre acolitando la estupidez. En fin. 

Luego, buena parte del primer mes del año estuve mal de salud, aparte de eso, fui objeto del robo de mi móvil por una motocicleta, robo que fue resuelto como casi todos, con impunidad, porque todo el mundo en la cuadra donde me roban saben quiénes son los ladrones pero nadie denuncia. Ley del silencio le llaman a eso. 

En el progreso del primer semestre de este año fue mi trabajo de fin de maestría, uno que fue pésimamente organizado por parte de todos pero que lo logramos sacar adelante. No puedo agradecer por sacarlo, sino porque pudo haberse hecho mejor con un mejor trabajo de todos en general. También en el transcurso de este año había corrido el rumor de que mi casa iría a ser demolida producto de unas obras públicas del IDU, que harán una nueva línea del TransmiCable por el barrio. Por cercanía al Portal del Sur, tendríamos que sacrificarnos nosotros. 

Por si fuera poco, he tenido que lidiar con una situación horrible, mi padre queriendo recoger frutos de un trabajo que no sembró, amparándose en una interpretación torticera de las leyes. No he podido pasarlo tampoco, cuestión que nos ha sumergido en una zozobra en casa que a día de hoy no hemos resuelto. Aparte de que he tenido que afrontar la pérdida de dos de mis animales de la casa, una perra, por el cáncer (tuvimos que dormirla) y un gallo, por problemas respiratorios. 

El mea culpa debe ser entonado por mi parte por lo que he hecho en el trabajo, no ha sido el mejor año para mí en ese sentido. 

Por agradecer algo, quizás poder ir al cine a ver la regrabación de un concierto que no podría ir a ver nunca (Taylor Swift: The Eras Tour). Y porque he llegado hasta aquí.

Esperemos que este 2024 que comienza en unas horas mejore, aunque sea en algo mínimo, lo sucedido en este año. Creo que difícil no va a ser. 

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